Genes y estaciones
Al parecer, las estaciones influirían en mucho más que los cambios de clima y la vegetación. Su incidencia también repercutiría en nada menos que nuestros genes, como halló un estudio publicado en mayo de este año en la revista científica Nature Communications.
Un número revelador
La investigación consistió en analizar muestras de sangre y tejidos de más de 16 mil personas de todo el mundo. De los 22 mil genes que observaron –casi la totalidad de los que tenemos los humanos- un cuarto mostró señales claras de cambios estacionales, indica una reseña del estudio, publicada en el sitio de la señal BBC.
Los cambios principales que le interesaron más a los investigadores, habrían sido, según el sitio, los relacionados con la inmunidad y, específicamente, la inflamación. La importancia de esta última en particular, residiría en que juega un rol central en afecciones como la artritis reumatoidea, la diabetes de tipo 1, y enfermedades coronarias, que suelen afectar mucho más en invierno, y en países como los del Reino Unido.
Cuestión de ubicación
Sabemos que las estaciones varían dependiendo de la ubicación en el mapa de la zona analizada. De la misma forma sucedería con los genes. Durante los meses fríos del invierno (de diciembre a febrero para quienes viven al norte del Ecuador, y de junio a agosto para aquellos que habitan el hemisferio sur), los genes previamente mencionados se mostraron más activos. Sin embargo, al estudiar los de las personas que vivían cerca del Ecuador, los patrones variaban: la inmunidad y la inflamación estaban relacionadas con la estación de lluvias, época en la que las enfermedades como la malaria suelen ser más duras.
En la helada Islandia, cuyo frío permanece casi constante, encontraron menos cambios estacionales.
Metabolismo
Otros aspectos analizados por el estudio estaban relacionados con los cambios en el metabolismo, como mencionó uno de los autores del mismo, el genetista y profesor de la Universidad de Cambridge, John Todd.
“Presumiblemente, los genes ayudarían a conservar la energía cuando no hay suficiente comida y refugio”, destacó el especialista a la BBC. “En la sociedad moderna tenemos ropas abrigadas y calefacción, pero todavía respondemos a las bajas temperaturas y a los días más cortos”, agregó Todd.
Sin embargo, “el aumento en la inflamación sí podría ser hoy un factor de riesgo para enfermedades de la vida moderna”, concluyó.
Fuente: https://es-us.mujer.yahoo.com/blogs/tusalud/adn-cambiaria-estaciones-012503569.html
Sin embargo, “el aumento en la inflamación sí podría ser hoy un factor de riesgo para enfermedades de la vida moderna”, concluyó.
Fuente: https://es-us.mujer.yahoo.com/blogs/tusalud/adn-cambiaria-estaciones-012503569.html