La región se conoce como fascículo occipital vertical (VOF, por sus siglas en inglés) y ha permanecido en el olvido durante más de un siglo hasta que un equipo de investigadores, comandados por Jason Yeatman, han vuelto a poner su atención en ella.
La historia de este redescubrimiento, publicada en la revista PNAS, comienza en 2012 cuando el equipo de Yeatman, de la Universidad de Washington, observó una serie de conexiones relacionadas con la capacidad de leer y trató de encontrar alguna referencia en los atlas de anatomía del cerebro.
Pero en los libros no había rastro de ella. "Pensamos que habíamos descubierto una conexión en la que nadie se había fijado", asegura. Pero tirando del hilo se dio cuenta de que no era el caso.
"¿Cómo podía haberse olvidado toda una región anatómica del cerebro?", se pregunta el investigador. Tirando del hilo, Yeatman descubrió que el primero en observarla e identificarla había sido Carl Wernicke, científico conocido por descubrir un área fundamental para el lenguaje que lleva su nombre, quien en 1881 observó la existencia de una serie de fibras nerviosas muy interesantes durante la disección del cerebro de un macaco.
Después de aquel momento, las alusiones a la región se iban difuminando hasta no dejar ningún rastro en los libros de historia y medicina. Una de las posibles explicaciones está en la discrepancia entre Wernicke y su famoso profesor, el neuroanatomista austriaco Theodor Meynert, quien no incluyó el VOF en ninguno de sus estudios ya que se contradecía con su idea de organización del cerebro. En concreto, Meynert estaba convencido de que las conexiones cerebrales iban siempre de delante hacia atrás, mientras que VOF va de arriba a abajo."El descubrimiento de Wernicke contradecía este principio mayoritariamente aceptado sobre la organización del cerebro", explica Yeatman en Livescience.
El neuroanatomista Theodor Meynert dejó fuera esta conexión en sus esquemas
En los años siguientes la región aparece mencionada ocasionalmente con diversos nombres hasta perderse en el olvido.¿Cómo pueden los neurocientíficos pasar por alto algo que está ahí cuando examinan el cerebro? Los autores del trabajo creen que el cambio en las técnicas de disección puede haber influido. "Cuando troceas el cerebro tratando de analizar su estructura", explican, "es fácil perderte algo que has cortado de una forma diferente".
Una vez localizada la región, el equipo de Yeatman pasó analizarla minuciosamente y escanearon los cerebros de 37 voluntarios mediante resonancia magnética funcional.
Lo que han visto es que esta conexión parte desde el lóbulo occipital, donde se procesa la información visual y desde ahí se extiende como una hoja, conectando diferentes regiones cerebrales, desde aquellas que ayudan a percibir categorías visuales, como caras o palabras, y aquellas relacionadas con el movimiento de los ojos, la atención y la percepción de movimiento.
De alguna manera, sospechan, esta conexión explica cómo se relacionan dos tipos de percepciones visuales y explica casos documentados anteriormente, como el de un paciente que tenía un daño en la zona y había perdido su capacidad de leer.
Referencia: The vertical occipital fasciculus: A century of controversy resolved by in vivo measurements (PNAS)| Vía:Livescience
Referencia: The vertical occipital fasciculus: A century of controversy resolved by in vivo measurements (PNAS)| Vía:Livescience