Uno de los elementos más efectivos de la propaganda, por su capacidad de penetración inconsciente en la mente de las personas, ha sido desde siempre la música.
Por esta razón, ese fenómeno muchas veces banalizado, que es el de la canción “pegadiza” que queda sonando de manera involuntaria, hasta a veces tortuosa, en las cabezas de quienes la escuchan, no es un fenómeno inocente; la clave para desarticularlo, entonces, bien puede convertirse en una llave para liberar la mente de las ataduras provenientes del exterior.
Al respecto, un estudio de la Universidad de Reading, en Reino Unido, propone un método simple y eficaz: mascar chicle. Según los investigadores, hay que mascar chicle después de escuchar una canción pegadiza para evitar que esta, paradójicamente, se pegue.
La explicación a esta extraña técnica la da el autor principal del estudio, Phil Beaman, profesor de la Escuela de Psicología y Ciencias del Lenguaje: “para ensayar la canción en tu cabeza, cuando intentas recordarla, utilizas muchos de los mismos sistemas que emplearías para prepararte para hablar y cantar y, si estás mascando chicle, usas en cambio esos sistemas para planificar los movimientos de tus mandíbulas.
Al forzar a estas regiones a permanecer activas durante el acto de mascar chicle, están menos disponibles para apoyar la generación o el recuerdo de una melodía pegadiza”.
La eficacia del método liberador fue probada en un experimento con 100 voluntarios a los que se les hizo escuchar las canciones "Payphone", de Maroon 5 y "Play Hard", de David Guetta.
Fuente: BBC Mundo
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