El páncreas también es el encargado de producir insulina y glucagón, dos hormonas que ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre, la principal fuente de energía del organismo.
Cuando el páncreas funciona normalmente, las enzimas que segrega no se vuelven activas hasta alcanzar el duodeno. Pero, cuando el páncreas está inflamado, las enzimas se activan precozmente (mientras todavía están dentro del páncreas) y empiezan a atacar sus estructuras internas.
Cuando el páncreas funciona normalmente, las enzimas que segrega no se vuelven activas hasta alcanzar el duodeno. Pero, cuando el páncreas está inflamado, las enzimas se activan precozmente (mientras todavía están dentro del páncreas) y empiezan a atacar sus estructuras internas.
El tejido que recubre el interior del páncreas, encargado de fabricar enzimas, se lesiona debido a la actividad enzimática y, por lo tanto, deja de producir nuevas enzimas. Con el paso del tiempo, esas lesiones tisulares pueden volverse permanentes.
Síntomas de páncreas inflamado que debes conocer
Dolores que debemos tener en cuenta
Los dolores pueden aparecer de improviso o poco a poco, hasta el punto de que nuestra actividad diaria se ve limitada y afectada por otros síntomas que acompañas estas molestias:
Síntomas de páncreas inflamado que debes conocer
Dolores que debemos tener en cuenta
Los dolores pueden aparecer de improviso o poco a poco, hasta el punto de que nuestra actividad diaria se ve limitada y afectada por otros síntomas que acompañas estas molestias:
Dolor muy fuerte en el abdomen que se asemeja a una quemazón considerable y que se centra justo en el lado izquierdo y debajo de las costillas. Este es el foco principal, pero suele irradiarse a todo el abdomen como una placa muy caliente.
El dolor es más agudo después de comer, justo cuando estamos haciendo la digestión.
Esta molestia puede ascender incluso por las costillas hasta la espalda y los hombros. Cuando lo hace ya hasta estas zonas, es común sentir náuseas.
El dolor suele volverse más agudo cuando nos acostamos boca arriba. ¿La razón? El estómago oprime al páncreas inflamado.
Cefaleas diarias
Debemos tener en cuenta que cuando nuestro páncreas está inflamado, nuestro sistema inmunitario se debilita. Esta debilidad se traduce en los siguientes aspectos que debes tener en cuenta:
Cefaleas, dolores de cabeza que, aunque no son muy fuertes, sí son una constante diaria. Una especie de aura que nos ocasiona mareos y sequedad de boca.
El cansancio también es muy habitual. La alteración que ocasiona un páncreas inflamado afecta a todo nuestro cuerpo: las digestiones se vuelven complicadas, no obtenemos los suficientes nutrientes ni vitaminas y ello, a corto plazo, va a bajar nuestras defensas. Es un riesgo elevado.
Náuseas y vómitos
Suelen darse principalmente después de las comidas. Es el momento en que el páncreas debe empezar a sintetizar dichas enzimas que nos permitirán iniciar correctamente la digestión, pero dicha inflamación lo impide.
En ocasiones y durante las primeras fases, muchas personas lo confunden con una simple indigestión.
Cómo cuidar mejor el páncreas
No al tabaco. Si es tu caso, es un gran paso que harás por el bien de tu salud en general. Ganarás en bienestar y podrás prevenir enfermedades realmente serias que nadie merece.
No al azúcar y a las harinas refinadas. Son grandes enemigos de nuestro páncreas y de la mayoría de nuestros órganos. Sabemos que endulzan nuestra vida y que hacen más agradables nuestras comidas, pero día a día están causando silenciosos estragos en nuestro organismo.
Comer un poco mejor: lo ideal es que no consumas grandes cantidades de comida de una sola vez. Mejor reparte tus comidas y haz 5 al día, en pequeñas cantidades. Es importante que prescindas de los alimentos precocinados y de la carne roja. Recuerda que verduras como la col o el brócoli son ideales para prevenir la inflamación del páncreas.
Di sí a los jugos naturales. No hay nada más adecuado en nuestro día a día. Son perfectos los licuados de papaya, sábila, agua de alcachofas, mango, col, zanahoria o la siempre excelente betabel (remolacha).
Consumir fibra. Cada día, y en especial en tu desayuno, los alimentos ricos en fibra son perfectos para empezar el día.
Cuida de tu peso. La obesidad no es buena para nada. No se trata de buscar esa figura perfecta sin un ápice de grasa. En absoluto. Se trata de estar en nuestro “peso”, en un equilibrio perfecto donde no hay excesos y donde no caben riesgos de padecer enfermedades asociadas a la obesidad.
El caldo hecho con ortiga, cebolla, apio verde y jugo de limón es una comida muy recomendable cuando se sufre esta enfermedad. Se recomienda tomar una taza caliente de este caldo una hora antes de la comida y beberlo muy poco a poco.
Fuente: http://www.saludhogar.net/saber-tienes-pncreas-inflamado-presta-atencion/