De acuerdo con sus características, el bocio puede ser difuso, es decir, a expensas de un aumento global y regular de la glándula; o nodular, en el que se producen aumentos focales del tamaño tiroideo, dando lugar al desarrollo de nódulos.
Según la producción hormonal del bocio, puede clasificarse en normofuncionante (hormonas tiroideas normales), hipofuncionante (hormonas tiroideas bajas) o hiperfuncionante (hormonas tiroideas elevadas).
El tiroides se encuentra localizado en la región cervical anterior, por delante de la tráquea.
Su misión básica consiste en producir hormonas tiroideas (T4 y T3), que son absolutamente necesarias para que las reacciones metabólicas y las funciones del organismo en general se desarrollen con normalidad.
Con el adecuado tratamiento es una enfermedad que no genera problemas importantes.
Las causas del bocio:
Un porcentaje muy elevado de bocios cursan sin alteraciones en las hormonas tiroideas.
Muchas veces, se deben a formación de quistes o a un aumento de la formación de un líquido llamado coloide, que se encuentra entre las células tiroideas que se agrupan formando folículos.
En otras ocasiones, se desarrollan nódulos quísticos, hemorrágicos o sólidos, debidos a proliferaciones focales del tejido tiroideo.
Cuando existen deficiencias enzimáticas en la síntesis de hormonas tiroideas
(bocios disenzimáticos) o una falta mantenida del aporte alimentario de iodo
(bocio endémico), la disminución de la función tiroidea induce un aumento de TSH, que da lugar a un aumento del tamaño glandular con el fin de restablecer la función tiroidea, aspecto que no siempre se consigue.
En la gran mayoría de casos de hipertiroidismo existe bocio, pues para que se produzca una producción aumentada de hormonas tiroideas es necesario que la glándula sea de mayor tamaño y posea mayor capacidad sintética.
En la enfermedad de Graves-Basedow (hipertiroidismo de causa autoinmune), el bocio es clásicamente difuso.
Cuando se desarrolla un cáncer de tiroides, la forma más habitual de presentación es la de un nódulo de consistencia dura y crecimiento rápido.
Los síntomas :
Muchas veces el único síntoma que produce el bocio es la aparición de un bulto en la región anterior del cuello.
La tendencia natural es hacia el crecimiento lento. Cuando el crecimiento es importante, puede dar lugar a síntomas compresivos por desplazamiento y presión sobre estructuras vecinas, como la tráquea, el esófago o el nervio recurrente, lo que producirá dificultad respiratoria, para la deglución o afonía, respectivamente.
Aparte de los síntomas compresivos, las manifestaciones que puede originar tienen relación con las posibles alteraciones acompañantes de la función tiroidea, como es el hipertiroidismo:
Nerviosismo.
Palpitaciones.
Cansancio.
Pérdida de peso, entre otras
En el hipotiroidismo:
Intolerancia al frío.
Cansancio.
Somnolencia.
Sequedad de piel.
Los que corren riesgo de padecerlo:
Es un hallazgo muy frecuente en el sexo femenino.
No obstante, también puede darse en varones, aunque con menor frecuencia.
No es infrecuente que se observe de forma transitoria en recién nacidos de madres tratadas durante el embarazo con fármacos antitiroideos por hipertiroidismo.
Es frecuente también su aparición en el curso del embarazo.
Fuente: http://www.cun.es/
Fuente: http://vidaysaludalmaximo.blogspot.com/2015/06/cuidado-con-el-bocio-enterate-de-quien.html