Y quien identifique esos comportamientos ya puede empezar a actuar para modificarlos. En Buena Vibra te presentamos 10 hábitos saludables que pueden hacer la diferencia necesaria para avanzar en pos de vivir mejor.
1 Siempre hay que tomar un buen desayuno: Los innumerables estudios realizados al respecto muestran que las personas que toman un desayuno sustancioso pierden más peso que aquellos que tienen un desayuno mínimo. Frutas, huevos o cereales con yogur siempre son bienvenidos.
2 Comer frutas y verduras: Cada uno tendrá que regular la cantidad que ingiere de acuerdo a la actividad diaria que realiza, pero siempre es conveniente que un alto porcentaje de lo que comamos este constituido por frutas y verduras. El objetivo de tres tazas de verduras y dos frutas al día es una medida atendible. Por ejemplo, llenar la mitad del plato con legumbres en el almuerzo y la cena, y añadir fruta a su desayuno y como tentempie en el camino a casa desde el trabajo puede ser una forma de incorporar a nuestra rutina este hábito sano.
3 Agendar un tiempo exclusivo en la semana para hacer las compras de la comida adecuada: Si la comida no está en casa, ¿cómo se puede comer bien? La comida sana no va a llegar por si sola y cuando nos agarra hambre comemos lo primero que tenemos a mano. Debemos hacer que eso que “tenemos a mano” sea saludable. Para que eso ocurra, establezcamos un momento en nuestra agenda para ir a comprar lo que haga falta.
4 Paseos de al menos 10.000 pasos o una hora de actividad física: hay una amplia variedad de dispositivos extremadamente útiles para proporcionar información sobre la cantidad de pasos que vamos acumulando cada día. Aunque pocas veces prestamos atención a este aspecto, practicar ejercicio físico no solo mejora nuestro estado físico, sino también el anímico.
Especial es el caso de los niños y adolescentes quienes deberían practicar al menos 60 minutos de ejercicio al día, y de los mayores de 65, para quienes se aconseja hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado, también de forma semanal.
5 Sentarse en la mesa no para deglutir sino para disfrutar la comida: Considerando que el momento de almorzar y cenar debe ser una pausa en las actividades del diario trajín, no sólo conseguimos comer más lentamente (y con frecuencia menos cantidad de comida), sino que se pueden disfrutar de otras experiencias como relajarse o tener un rato para conversar con la familia o con amigos.
6 Llevar siempre una merienda rica en proteínas: De esta manera se logra evitar el consumo de alimentos de alto contenido graso cada vez que el hambre nos sorprende a mitad de algo. Buenas opciones de tentempiés para tener a mano incluyen bares moscada o basados en proteínas, fruta dura como una manzana o unos pocos arroz integral.
7 respirar consciente y pausadamente: Este simple ejercicio nos permite frenar, despejar la mente de los cientos de problemas que se presentan diariamente, enfocarnos y seguir adelante.
8 Beber agua: Aporta energía a los músculos, mejora la función intestinal y equilibra los niveles de líquido de tu cuerpo. Lo recomendable es beber unos 2 litros de agua al día. Una forma de conseguirlo es cargar una botella de 500 cl al salir de casa cada día.
9 Dormir entre 6 y 8 horas al día: Tan malo es el sedentarismo como no dormir lo suficiente. El descanso mejora el estado de ánimo y por tanto, los niveles de energía, además de evitar accidentes cerebrovasculares.
10 Controlar el stress: Tal vez nos estresamos por cosas que pronto pasan al olvido. No se deje acelerar por pequeñas preocupaciones. Sólo son preocupaciones, no catástrofes. Y no trate de abarcar más de lo que puede resolver. El stress no es solo una emoción, sino que repercute directamente en nuestro físico.
Fuente: http://buenavibra.es/movida-sana/10-buenos-habitos-para-vivir-mejor/
1 Siempre hay que tomar un buen desayuno: Los innumerables estudios realizados al respecto muestran que las personas que toman un desayuno sustancioso pierden más peso que aquellos que tienen un desayuno mínimo. Frutas, huevos o cereales con yogur siempre son bienvenidos.
2 Comer frutas y verduras: Cada uno tendrá que regular la cantidad que ingiere de acuerdo a la actividad diaria que realiza, pero siempre es conveniente que un alto porcentaje de lo que comamos este constituido por frutas y verduras. El objetivo de tres tazas de verduras y dos frutas al día es una medida atendible. Por ejemplo, llenar la mitad del plato con legumbres en el almuerzo y la cena, y añadir fruta a su desayuno y como tentempie en el camino a casa desde el trabajo puede ser una forma de incorporar a nuestra rutina este hábito sano.
3 Agendar un tiempo exclusivo en la semana para hacer las compras de la comida adecuada: Si la comida no está en casa, ¿cómo se puede comer bien? La comida sana no va a llegar por si sola y cuando nos agarra hambre comemos lo primero que tenemos a mano. Debemos hacer que eso que “tenemos a mano” sea saludable. Para que eso ocurra, establezcamos un momento en nuestra agenda para ir a comprar lo que haga falta.
4 Paseos de al menos 10.000 pasos o una hora de actividad física: hay una amplia variedad de dispositivos extremadamente útiles para proporcionar información sobre la cantidad de pasos que vamos acumulando cada día. Aunque pocas veces prestamos atención a este aspecto, practicar ejercicio físico no solo mejora nuestro estado físico, sino también el anímico.
Especial es el caso de los niños y adolescentes quienes deberían practicar al menos 60 minutos de ejercicio al día, y de los mayores de 65, para quienes se aconseja hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado, también de forma semanal.
5 Sentarse en la mesa no para deglutir sino para disfrutar la comida: Considerando que el momento de almorzar y cenar debe ser una pausa en las actividades del diario trajín, no sólo conseguimos comer más lentamente (y con frecuencia menos cantidad de comida), sino que se pueden disfrutar de otras experiencias como relajarse o tener un rato para conversar con la familia o con amigos.
6 Llevar siempre una merienda rica en proteínas: De esta manera se logra evitar el consumo de alimentos de alto contenido graso cada vez que el hambre nos sorprende a mitad de algo. Buenas opciones de tentempiés para tener a mano incluyen bares moscada o basados en proteínas, fruta dura como una manzana o unos pocos arroz integral.
7 respirar consciente y pausadamente: Este simple ejercicio nos permite frenar, despejar la mente de los cientos de problemas que se presentan diariamente, enfocarnos y seguir adelante.
8 Beber agua: Aporta energía a los músculos, mejora la función intestinal y equilibra los niveles de líquido de tu cuerpo. Lo recomendable es beber unos 2 litros de agua al día. Una forma de conseguirlo es cargar una botella de 500 cl al salir de casa cada día.
9 Dormir entre 6 y 8 horas al día: Tan malo es el sedentarismo como no dormir lo suficiente. El descanso mejora el estado de ánimo y por tanto, los niveles de energía, además de evitar accidentes cerebrovasculares.
10 Controlar el stress: Tal vez nos estresamos por cosas que pronto pasan al olvido. No se deje acelerar por pequeñas preocupaciones. Sólo son preocupaciones, no catástrofes. Y no trate de abarcar más de lo que puede resolver. El stress no es solo una emoción, sino que repercute directamente en nuestro físico.
Fuente: http://buenavibra.es/movida-sana/10-buenos-habitos-para-vivir-mejor/