¿Padeces habitualmente dolor de cabeza, picor de garganta, malestar en general, digestiones pesadas? ¿Te salen herpes sin razón aparente, te resfrías con facilidad? Tal vez tengas un sistema inmunitario débil y te esté pidiendo a gritos un cambio de hábitos.
Pero, ¿qué podemos hacer para fortalecer el sistema inmunológico? Una nutrición adecuada, unos hábitos de vida saludable y algunoscomplementos alimenticios (si no se lleva una alimentación equilibrada) se convierten en nuestros mejores aliados.
Vamos a ver unos cuantos consejos que podemos poner en práctica para fortalecer nuestro organismo frente a los ataques externos.
Un consumo adecuado de hidratos de carbono. Siempre de calidad y que nos proporcionen energía limpia: que sean hidratos de carbono lentos (procedente de alimentos integrales), ricos en fibra alimentaria o rápidos pero de origen natural (frutas).
Grasas saludables que nos aporten ácidos grasos esenciales. Mejor tomadas en crudo para preservar todas sus vitaminas y tomarlas en cantidades moderadas.
Asegurar un aporte óptimo de vitaminas antioxidantes: vitamina A, vitamina C y vitamina E.
Asegurar el aporte adecuado de vitamina D. Esta vitamina, además de contribuir a fijar el Calcio a los huesos, participa en el proceso de activación de las defensas. Se obtiene de forma natural (la fabrica nuestro organismo) cuando nos exponemos a la luz solar.
Consumir probióticos. Se trata de productos con bacterias beneficiosas para nuestro cuerpo que reducen el riesgo de infecciones respiratorias y gastrointestinales
Añadir Beta glucanos a nuestra dieta.
El deporte moderado activa las defensas, pero si eres deportista habitual debes evitar los entrenamientos extenuantes. Un exceso de actividad física (estrés físico) pone en alerta roja a las defensas que bajarán considerablemente.
Evitar el estrés psicológico o mental.
Mejorar la calidad del sueño. Es necesario dormir las horas justas para obtener un descanso apropiado. La cantidad de horas de sueño necesarias varía de una persona a otra en función de la edad, actividad física e incluso de la época del año, pero entre 6 y 8 horas diarias suele considerarse una cifra adecuada.
Pero, ¿qué podemos hacer para fortalecer el sistema inmunológico? Una nutrición adecuada, unos hábitos de vida saludable y algunoscomplementos alimenticios (si no se lleva una alimentación equilibrada) se convierten en nuestros mejores aliados.
Vamos a ver unos cuantos consejos que podemos poner en práctica para fortalecer nuestro organismo frente a los ataques externos.
Un consumo adecuado de hidratos de carbono. Siempre de calidad y que nos proporcionen energía limpia: que sean hidratos de carbono lentos (procedente de alimentos integrales), ricos en fibra alimentaria o rápidos pero de origen natural (frutas).
Proteínas de buena calidad biológica o proteínas vegetales en la cantidad y calidad adecuada.
Asegurar un aporte óptimo de vitaminas antioxidantes: vitamina A, vitamina C y vitamina E.
Asegurar el aporte adecuado de vitamina D. Esta vitamina, además de contribuir a fijar el Calcio a los huesos, participa en el proceso de activación de las defensas. Se obtiene de forma natural (la fabrica nuestro organismo) cuando nos exponemos a la luz solar.
En invierno o en países en los que la luz solar incide pocas horas al día se valora positivamente la suplementación de esta vitamina.
Fomentar el consumo de polifenoles. Nos aseguramos la ingesta de estos compuestos si seguimos una dieta en la que abunden las frutas y las verduras. Estos fitonutrientes tienen, entre otros numerosos beneficios, la propiedad de reducir la frecuencia de las infecciones de las vías altas.
Los encontramos de forma natural en las frutas y verduras o en el té verde.
Añadir Beta glucanos a nuestra dieta.
Se trata de una fibra muy especial y beneficiosa presente en la avena o la cebada que ayuda a aumentar la resistencia frente a infecciones de bacterias o parásitos.
Alejarse de los hábitos negativos: tabaco, alcohol, etc..
El deporte moderado activa las defensas, pero si eres deportista habitual debes evitar los entrenamientos extenuantes. Un exceso de actividad física (estrés físico) pone en alerta roja a las defensas que bajarán considerablemente.
Evitar el estrés psicológico o mental.
Mejorar la calidad del sueño. Es necesario dormir las horas justas para obtener un descanso apropiado. La cantidad de horas de sueño necesarias varía de una persona a otra en función de la edad, actividad física e incluso de la época del año, pero entre 6 y 8 horas diarias suele considerarse una cifra adecuada.
Evitar la exposición a ambientes extremos: si hace mucho frío debemos abrigarnos bien y aislar las zonas más sensibles de nuestro organismo: manos y pies, garganta, orejas, boca y nariz y proteger bien la cabeza al ser la zona por donde perdemos más calor.
Fuente: http://www.elgranero.com/mejorar/13-tips-para-reforzar-las-defensas/