Definitivamente, el crecimiento de la medicina ha sido un precursor para ofrecer una mayor expectativa de vida a poblaciones con acceso a atención y cuidados médicos.
Sin embargo, parecen existir poblaciones en ciertos lugares del mundo que son semilleros de longevidad, a pesar de encontrarse apartados de los avances y tecnologías médicas actuales. Por ejemplo, la isla de Okinawa, en Japón, que alberga uno de los más altos porcentajes de personas centenarias, y de más de cien años, en el mundo.
Estos no son ancianos de asilos, sino personas más bien activas que continúan disfrutando de la vida en su vejez, sufriendo de pocas enfermedades mortales -como el cáncer y problemas cardiacos- en relación a aquellos que sí tienen más y mejores acceso a cuidados médicos.
La respuesta a la pregunta ¿por qué? Va más allá de simplemente tener buena genética. Al parecer, hay cambios de vida que pueden ser incorporados, y el Estudio de “Los Centenarios de Okinawa” busca encontrar cuáles podrían ser. A continuación te presentamos 10 cosas que se descubrieron y que podrías cambiar en tu estilo de vida para ser una persona sana y longeva.
1. Sigue una dieta basada en plantas
Los okinawenses tienen una dieta que consiste en alternativas a la carne y papas típicas de los americanos. De un artículo del National Geographic se extrae que “Un enorme plato de vegetales okinawenses, tofu, sopa de miso (que es una pasta fermentada hecha con semillas de soya), y un poco de pescado o carne, tiene menos calorías que una hamburguesa pequeña,” afirma Makoto Suzuki, del Estudio de los Centenarios Okinawenses. “y a su vez tendrá muchos más nutrientes saludables”.
2. Limita o elimina la proteína animal
Lo común en Okinawa es el surtirse de alimentos del propio jardín, la granja vecina, o el conocer de dónde viene la comida que consumen. De hecho ¡puedes plantarlas tú mismo!
La carne que ellos consumen, sólo forma parte del 20% de su dieta y es, en su mayoría, magra (especialmente carne de pescado). Además, la carne que comen, es libre de hormonas y antibióticos, sin mencionar que también es libre de la crueldad que existe en las industrias agrícolas de Estados Unidos.
3. Altos niveles de grasas buenas y alimentos orgánicos (no transgénicos)
La dieta okinawense consiste en vegetales, verduras de hoja verde, granos naturales y soya fermentada no transgénica.
Ejemplos de soya fermentada incluyen el tempeh (pastel de frijoles de soya), y el miso, que junto a la linaza son maravillosos para el bienestar del hígado.
Además, consumir alimentos amargos, como el goya, puede producir un aumento en los niveles de vitamina C, magnesio, fosforo, zinc, beta carotenos, hierro, vitaminas y calcio.
4. Abstente de comer en exceso
Hay una práctica en Japón llamada Hara Hachi Bu, que se traduce como “comer menos, vivir más” u 8 es a 10. Esto significa que los japoneses dejan de comer cuando se sienten satisfechos en un 80%. Esta conducta puede haberse originado en tiempos difíciles, como la segunda guerra mundial, donde la falta de comida y la hambruna eran muy comunes. Estudios han demostrado que restringir la ingesta de calorías puede producir beneficios relacionados a longevidad.
La restricción de calorías puede producir autofagia -que es la nutrición que determinados organismos vivos realizan a expensas de sus órganos menos vitales como medio de supervivencia ante un ayuno prolongado- donde las células más viejas son limpiadas, se reducen los radicales libres y se aumenta la respuesta inmunológica y la pérdida de peso.
5. Ejercita a diario
Es muy sabido que incluso una caminata diaria puede mejorar la salud. Los centenarios de Okinawa son propensos al karate, yoga, Tai Chi y jardinear.
El tabaquismo es un hábito prácticamente inexistente, lo que conduce a un aumento en la actividad física.
El tiempo se pasa afuera, lo que activa la vitamina D en el organismo, favoreciendo la absorción del calcio, lo que a la larga, mejora la capacidad de permanecer activo.
6. ¡Sé positivo!
Los okinawenses se ubican muy arriba en la tabla del manejo del estrés, y tienen una percepción positiva sobre la vida. La vida en la isla se lleva a un ritmo lento, y las redes interpersonales son muy fuertes.
Debido a esto, los exámenes de laboratorio, arrojaron bajos niveles de compuestos inflamatorios que aumentan el riesgo de enfermedades coronarias. Como prueba, la población okinawense tiene un factor de riesgo un 80% más bajo de sufrir ataques al corazón.
7. Enfócate en la sociedad
Los humanos dependen del amor y apoyo de sus amigos y familias para tener una buena salud. A pesar de que un 80% de los okinawenses comparten sus vidas con una persona o incluso están solos, las conexiones con el resto de la comunidad son fuertes, permitiéndoles así participar en actividades relacionadas al deporte.
Las comunidades que se forman son llamadas “Grupos Moai” (en japonés, “grupos para reunirse con un propósito en común”). Estos ayudan a formar y mantener fuertes lazos entre los más ancianos. Además, envejecer en esta cultura no es una fuente de vergüenza, sino que es un signo de respeto. La familia siempre visita a los miembros más viejos y los tratan con admiración.
8. Busca tu “Ikigai”
Esto es sencillamente, el propósito de tu vida. En Okinawa, siempre vale la pena vivir la vida y el concepto de retiro o jubilación es prácticamente inexistente.
Las personas, además, también ayudan a otros a encontrar cuál es su misión en la vida. Todos tienen algo especial; un nicho que es valioso.
9. Cultiva tu espiritualidad
En esta región del mundo, la espiritualidad es una gran parte de la vida. Fíjate que no dijimos necesariamente “religión”. Tener una ceremonia, seguir un ritual, meditar, y tener un sentido de pertenencia son fuentes de inspiración para el hombre. La danza y la música son usadas para despertar el alma, y las personas no sienten temor en demostrarlo.
Celebraciones de las comunidades en las que todos forman parte son muy comunes. Las mujeres en Okinawa son consideradas sacerdotisas o chamanes.
10. Usa enfoques médicos de oriente, y busca la sensibilidad del occidente
En general, estamos entrenados para pensar que cada síntoma tienen una solución, y que esta es tan sencilla como tomarse una pastilla.
En oriente, las hierbas juegan un rol importante, como las que se usan en el Ayurveda (antiguo sistema medicinal indio) y la medicina tradicional china. Sin embargo, los japoneses y chinos tampoco tienen miedo de emplear elementos de la medicina moderna cuando sienten que es necesario.
Al parecer, la medicalización de los estadounidenses podría incluir una pequeña dosis de clases de estilo de vida de Okinawa!
Fuente: http://senderosaludable.net/anciana-okinawense-100-anos-revela-secretos-llevar-una-vida-sana/