lunes, 29 de agosto de 2016

Aprende todo sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)


El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es la condición neuropsiquiátrica más común a nivel mundial que afecta el funcionamiento adecuado del niño en diferentes esferas y con frecuencia se mantiene hasta la edad adulta. 

Se manifiesta por grados variables de tres patrones de conducta:

  • Inatención. 
  • Hiperactividad. 
  • Impulsividad. 

El TDAH se encuentra en todos los grupos socioeconómicos con una prevalencia mundial estimada entre el 3 y 5% de niños en edad escolar, teniendo una mayor incidencia en varones que en mujeres. En nuestro país aún no existen datos oficiales sobre la prevalencia, pero de acuerdo con información de la Secretaria de Salud, los niños con TDAH ocupan los primeros lugares de atención en clínicas psiquiátricas, estimándose que en México se registran cerca de un millón y medio de niños y 3 millones de adultos con dicho trastorno.

Para que cumpla los requisitos, el comportamiento de TDAH debe estar presente al menos durante 6 meses y en dos ambientes diferentes, por ejemplo en el hogar y en la escuela, manifestado por problemas de bajo rendimiento académico y en las relaciones interpersonales con familiares y compañeros, notándose desde antes de los 7 años de edad.

Los síntomas de falta de atención y/o hiperactividad, son los siguientes:

Es incapaz de prestar atención cuidadosa a detalles o comete errores por descuido en la escuela, el trabajo o durante otras actividades. Por ejemplo, no puede mantenerse atento o enfocado en clases en el caso de los niños; en conferencias, conversaciones o lecturas extensas en caso de los adultos.

Tiene dificultad prestando atención por mucho tiempo en tareas o jugando, parece que su mente estuviera en otro lado, aún en ausencia de una distracción obvia. 

  • No parece escuchar cuando se le habla directamente. 
  • No sigue instrucciones y no termino su trabajo escolar, tareas o responsabilidades en el trabajo. Puede empezar los trabajos pero pronto pierde el enfoque y se distrae fácilmente. 
  • Tiene dificultad organizándose en tareas y actividades, manejando trabajos que requieren una secuencia, mantener en orden materiales y pertenencias, sus trabajos son desorganizados, desordenados o incumple con fechas límites. 
  • Evita, le desagrada o es renuente llevar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido, en tareas escolares o asignaciones en niños; para adultos o adolescentes mayores, preparar o completar informes o revisar reportes largos. 
  • Pierde cosas necesarias para llevar a cabo tareas o actividades: materiales escolares, lápices, libros o en adultos, herramientas, carteras, llaves, lentes, celulares, etcétera. 
  • Se distrae fácilmente con estímulos externos o cuando pasan otras cosas a su alrededor o tener pensamientos irrelevantes. 
  • Es olvidadizo con sus actividades cotidianas. Por ejemplo haciendo sus tareas, mandados y en adultos es común ver que no devuelven llamadas u olvidan pagar sus cuentas o manteniendo sus citas. 

Los síntomas de hiperactividad e impulsividad consisten en:

  • Está inquieto o da palmaditas o se retuerce en la silla.
  • Deja su asiento cuando se espera que se quede sentado en el mismo. 
  • Corre o se trepa en cosas o en situaciones donde es inapropiado hacerlo. 
  • No puede jugar o involucrarse en actividades de ocio o placer. 
  • Está en continuo movimiento de un lado para otro como si tuviera un motor por dentro, no puede o se siente incómodo manteniéndose quieto por un período largo como en restaurantes, reunión, etcétera y puede ser percibido por las demás personas como inquieto o difícil de mantenerle el paso. 
  • Habla excesivamente. 
  • Interrumpe antes de que se le termine de hacer una pregunta, completa las oraciones de otras personas, no puede esperar su turno en una conversación.
  • Tiene dificultad esperando su turno en una fila por ejemplo. 
  • Interrumpe o se entromete en lo que otras personas están haciendo, ya sea conversaciones, juegos o actividades, empieza a usar cosas de otras personas sin permiso. 
  • La causa del TDAH aún es desconocida pero se cree que las bases neurobiológicas del trastorno derivan de una alteración en los circuitos fronto estriatales del cerebro y sus neurotransmisores (noradrenalina, serotonina y dopamina), encargados del aprendizaje, atención, impulsividad, agresividad, funciones cognoscitivas y control motor. Otra teoría de este trastorno, está basada en genes afectados necesarios para la neurotransmisión dopaminérgica: DAT1 y DRD4. 
¿Cuál es el impacto en la vida social y emocional de una persona con TDAH?

Pueden existir varias dificultades, como la limitación en las actividades con amigos y con la familia, problemas en la relación e interacciones con sus iguales, menor capacidad de hacer amigos y amistades duraderas y habilidades sociales empobrecidas.

A medida que pasa el tiempo, si una persona con TDAH no recibe la adecuada orientación y tratamiento, las consecuencias van evolucionando con el pasar de los años, iniciando en la etapa preescolar con alteraciones de la conducta, en los escolares además pueden presentarse problemas académicos, dificultad para relacionarse y caída de la autoestima. 

En el adolescente problemas académicos, dificultad para relacionarse, caída de la autoestima, problemas legales, agresividad y consumo de sustancias, conforme este individuo sigue desarrollándose y si es él caso, llega a la etapa universitaria continuará con problemas académicos, dificultades para trabajar y abuso de sustancias que pueden ocasionar detrimento en su salud y accidentes, así como serios problemas legales.

En un alto porcentaje el TDAH se complica por uno o más trastorno psiquiátricos o de aprendizaje, estos trastornos se presentan 6 veces más en niños con TADH que en aquellos que no lo presentan. Estos desordenes incluyen: trastorno oposicionista desafiante 40%, trastorno de ansiedad 34%, trastorno conductual 14%, tics 11% y trastorno del ánimo 4%.

Es por eso la importancia de una pronta atención para normar una adecuada conducta desde etapas tempranas con el fin de evitar consecuencias en su vida funcional. Una vez que se detecta el problema es importante que la familia tenga el conocimiento de qué es el TDAH, para modificar según sea el caso los problemas conductuales, que le ocasionan dificultad en los distintos aspectos de su vida.

A continuación se sugieren algunos consejos para mejorar la conducta de nuestros niños con TDAH:

  • Ofrecer un estímulo positivo, inmediatamente después del comportamiento deseable o adaptado. Por ejemplo al enseñar una conducta como recoger sus juguetes o cuando su comportamiento ya realizado, aumente su frecuencia, como lavarse los dientes. Los tipos de premios pueden ser abrazos, elogios, sonrisas, besos, ir al parque o un lugar donde él o ella disfrute, comprarle un cuento que le agrade, es importante considerar que NO debe ser de un valor económico elevado. 
  • Enseñar al menor a que aprenda buenas conductas, enseñando objetivos concretos, bien definidos y asequibles, enseñar los pasos adecuados para conseguirlos y ofrecer oportunidades para realizarlos. Cuando se da una orden determinada, es transcendental darles señales adecuadas de hora y lugar donde se debe de hacer y gratificar las aproximaciones al objetivo marcado. 
  • Los adultos que convivan en casa deben de estar de acuerdo con la educación del menor, sobre la conducta concreta que se pedirá al niño. 

¿Cómo dar órdenes?

  • Es fundamental, llamar al niño por su nombre, hablarle cerca es importante, por ejemplo si es necesario ponerse de rodillas para estar a su misma altura, hay que hacerlo. 
  • Procurar un ambiente relajado, sin tensiones previas. 
  • Si la orden está situada entre otras actividades de una rutina, es mejor que la rutina finalice con una actividad gratificante para el niño. Por ejemplo: “ponte la pijama, antes de ver la televisión”.
  • Evitar sobrecargar al niño con órdenes innecesarias. 
  • Utilizar un tono de voz amable pero firme. 
  • Mencionar el tiempo en que debe hacer determinada orden por ejemplo “ahora” o “cuando hayas terminado los deberes”. 

Decir “por favor”. 

La orden debe ser única, corta, clara y afirmativa. 

¿Qué hacer si el niño NO modifica su conducta negativa?

  • Dejar de reforzar o recompensar una conducta. Es decir, se trata de NO dar atención, para disminuir conductas inapropiadas, no deseadas o desadaptadas (rabietas, gritos, lloriqueos o demandas de atención). 
  • Llevar al niño a un rincón de la casa donde esté SOLO y se aburra o sentarlo en una silla a “pensar” durante un corto período de tiempo e inmediatamente después de haber realizado una conducta inaceptable, para que reflexione sobre lo realizado y en caso de que se levante antes de que el tiempo determinado haya pasado, se vuelve a empezar el tiempo de reflexión. 
  • Retirar reforzadores positivos que ha ido ganando o retirar actividades agradables cada vez que el niño realice una conducta que queremos eliminar.

Por ejemplo: quedarse sin los postres preferidos, sin ver la TV o sin poder salir con los amigos.
El niño se debe responsabilizar de sus acciones, bien arreglando, bien corrigiendo o bien reemplazando los desperfectos que ha provocado (en la medida de sus posibilidades). Es decir, si un niño hace daño a otro, debe pedirle perdón; si ha ensuciado la pared, la deberá limpiar; si ha roto un florero, deberá de comprar otro con su propio dinero. 

NO OLVIDES:

· Establecer “las reglas del juego” antes, advirtiendo al niño de las normas y límites.
· Aplicar las normas siempre del mismo modo y ante las mismas conductas.
· Evitar quitar privilegios que son necesarios para la buena evolución del niño.
· Evitar sancionar en exceso, el niño se puede acostumbrar y la sanción pierde su efecto.
· Reforzar adecuadamente el buen cumplimiento de los límites y normas establecidos.
· Acudir con su médico para control estricto del fármaco, en caso de que sea medicado, además de valorar evolución del padecimiento.

Fuente: http://medicinamnemotecnias.blogspot.com/2016/06/aprende-todo-sobre-el-trastorno-por.html