martes, 29 de diciembre de 2015

LAS 7 COSAS QUE ESTE HOMBRE HIZO PARA PERDER 100 KG. SIN SEGUIR UNA DIETA


Ya en el 2001 pesaba más de 180 kilos.

Había probado todas las dietas que se me ocurrieron para bajar de peso. Incluso trabajé cara a cara con el fallecido Dr. Atkins durante dos meses, y después de cobrarme miles de dólares, lo mejor que podía hacer era gritarme a mí mismo por ser tan gordo.

Cada dieta que seguía, terminaba de la misma manera. Había toda una lista de alimentos que no podía comer. Y yo seguía la dieta al pie de la letra. Me dije, voy a perder un poco de peso a través de la fuerza bruta y la fuerza de voluntad.

Luego llegaba un punto inevitable en que no podía aguantar más y me daba una comilona. Sea cual sea el peso que había perdido en la dieta, este volvía en cuestión de días, y una semana después tenía 2 kilos de más que cuando empecé la dieta. Este patrón de perder 5 kilos y ganar 8 se inició en 1990, hasta que en septiembre de 2001 llegué a mi máximo de 222 kilogramos.

Llego un momento en que tuve un punto de inflexión. El 11 de septiembre, estuve a punto de subirme en el vuelo UAL 93. Esa experiencia me hizo sentir como si estuviera viviendo un tiempo prestado. Ahí estaba yo, matándome trabajando en Wall Street, con un alto estrés laboral y en un trabajo que odiaba, y el universo me había dado una segunda oportunidad.

Así que decidí bajar de la montaña rusa de las dietas de una vez por todas, y decidí nunca seguir una dieta de nuevo. En cambio, iba a tratar de averiguar por qué mi cuerpo parecía estar obligándome a ganar tanto peso. Decidí averiguar lo que podía hacer para volver a estar delgado de nuevo. Armado con una sólida formación en bioquímica en la Universidad de Pennsylvania, pasé 12 horas al día a investigando todo lo que pude acerca de las hormonas, enzimas, neurotransmisores y químicos que causan el aumento de peso.

Me enteré de que la pérdida de peso sostenible no se trata de contar las calorías, sino de crear el ambiente hormonal adecuado en tu cuerpo, que sea propicio para la pérdida de peso. Problemas de estrés y emocionales pueden causar un ambiente hormonal desfavorable, el tema debe ser abordado desde una perspectiva mente-cuerpo. Tenemos que adoptar un enfoque holístico que considere nuestra vida psicológica y emocional, tanto como qué y cuándo comemos.

Durante un período de dos años y medio años he perdido 100 kilos, sin hacer dieta. He logrado mantener el mismo peso por más de 10 años y todavía no hago dieta. Como lo que quiero y cuando quiero.

Estas fueron las claves de mi transformación:

Las 7 cosas que este hombre hizo para perder 100 Kg. sin seguir una dieta

1. DEJÉ DE HACER DIETA Y COMENCÉ A NUTRIR MI CUERPO.

He aprendido, a través de mi investigación, que mi cuerpo estaba muerto de hambre crónica por la falta de ciertos nutrientes esenciales, como los ácidos grasos omega-3, los alimentos vivos y proteínas buenas. Me aseguré de consumir la mayor cantidad de nutrientes de alta calidad. Si quería alimentos chatarra como dulces, papas fritas o pizza, me los comía, sin dudarlo. Eventualmente, perdí mi gusto por toda la comida chatarra cuando mi cuerpo aprendió a preferir alimentos de alta calidad y ricos en nutrientes.

2. CURÉ MI DIGESTIÓN.

Descubrí que una de las razones por las que estaba tan muerto de hambre por nutrientes, es que mis procesos digestivos no estaban funcionando eficientemente, por lo que mi organismo extraía muy pocos nutrientes de los alimentos que estaba comiendo. Problemas digestivos también pueden causar inflamación y las hormonas inflamatorias ponen nuestros cuerpos en “modo de almacenamiento de grasa”. Empecé a comer muchos alimentos fermentados, a tomar prebióticos y consumir enzimas digestivas para normalizar mi digestión.

3. ME COMPRÉ UNA MÁQUINA CPAP PARA MI APNEA DEL SUEÑO.

La apnea del sueño es una condición que afecta a muchas personas con sobrepeso. Se crea un ambiente hormonal en el cuerpo que estimula el aumento de peso al provocar niveles elevados de cortisol, lo que lleva a los antojos de comida chatarra y resistencia a la insulina. La apnea del sueño se trata fácilmente con una máquina CPAP. Este aparato, sopla aire en la nariz y la boca para mantener la tráquea abierta, de esta forma puedes dormir toda la noche sin problemas.

La mayoría de las personas que tienen apnea del sueño ni siquiera saben que la tienen, aunque las personas con las que viven o duermen suelen saberlo, porque las personas con esta condición roncan muy fuerte. Resultó que tenía uno de los peores casos de apnea del sueño que mis técnicos de estudio del sueño habían visto. Desde el momento en que me dieron la máquina CPAP empecé a tener más energía y menos antojos de comida chatarra. Y el peso comenzó a desaparecer para siempre.

4. EMPECÉ A USAR PRÁCTICAS MENTE-CUERPO PARA REDUCIR EL ESTRÉS.

Al igual que la apnea del sueño, el estrés hace que los niveles de cortisol y hormonas inflamatorias se eleven. Estas hormonas conducen a antojos constantes y programan a tu organismo para acumular grasa. Muchas personas no se dan cuenta de lo importante que es el aprender a manejar el estrés. Comencé a meditar y visualizar durante las mañanas, lo que me pareció ser muy eficaz para reducir el estrés.

5. CREÉ UNA VIDA MUCHO MÁS SUSTENTABLE.

También reduje los gastos, me trasladé a una casa más asequible y empecé a cultivar algunos de mis propios alimentos. Mi vida se sintió mucho más sustentable y me sentí más tranquilo. Me encantó saber que en cualquier momento en que tenía hambre podía salir al patio trasero y comer algo fresco y lleno de vitalidad. Las hormonas del estrés ya no circulaban por mi organismo ni causaban estragos que solo transformaban mi cuerpo en una máquina de almacenamiento de grasa.

6. TRABAJÉ EN ALGUNOS PROBLEMAS EMOCIONALES IMPORTANTES.

Algunas personas se sienten más seguras con peso extra en su cuerpo. Es como si el cuerpo realmente utilizara el peso como un amortiguador contra el mundo. Yo estaba en esa situación y sabía que tenía que hacer frente a los problemas emocionales que estaban haciendo que mi cuerpo se sintiera inseguro. Empecé a hacer prácticas de visualización que ayudaron a resolver los traumas del pasado y me dieron la seguridad a mí y a mi organismo para soltar el peso extra.

Con los años me he dado cuenta que el 65-70% de los clientes con los que trabajo están utilizando el peso como una forma de protección. Yo llamo a esto “la obesidad emocional”. Cuando trabajas en los problemas que están causando la obesidad emocional y rompes la asociación de que estar gordo equivale a estar a salvo, el cuerpo está mucho más dispuesto a dejar de lado el peso. Después de que rompí esta asociación y el peso ya no cumplía su propósito -es decir, la armadura de grasa ya no me hizo sentir más seguro- el peso simplemente se fue.

7. DESINTOXIQUÉ MI CUERPO.

Después de haber perdido cerca de 82 kilos, empecé a investigar sobre las toxinas y cómo el cuerpo procesa y se ocupa de los productos químicos tóxicos. Resulta que el cuerpo utiliza las células de grasa para almacenar el exceso de toxinas. Me di cuenta de que los últimos 20 kilos extra que mi cuerpo estaba almacenando, estaban ahí porque eran una fuente de vida para las toxinas acumuladas. Empecé a vivir lo que yo llamo un “estilo de vida de desintoxicación”.

Básicamente, empecé a lavar mi cuerpo con una gran cantidad de líquidos alcalinos, como el agua con jugo de limón o vinagre de sidra de manzana, jugos verdes, y un montón de ensaladas y brotes frescos. Eso hizo el trabajo necesario, porque perdí los últimos 20 kilos mucho más rápidamente de lo que perdí los primeros 20, por lo que el ritmo de mi pérdida de peso continuó acelerándose hasta el final.

Tomar un enfoque mente-cuerpo que nutre el cuerpo y reduce las tensiones físicas, mentales y emocionales que causan el aumento de peso, es la manera más sensata y sostenible para bajar de peso. Ahora he trabajado con decenas de miles de personas en 60 países, enseñando este enfoque y estamos obteniendo resultados sorprendentes.

Las personas que han pasado toda una vida de dietas yo-yo ahora han perdido peso: 20, 50 y 100 kilogramos, siguiendo esta fórmula y sin hacer dieta.

Nota: 1 kilogramo equivale a ½ libra aproximadamente.

Fuente: http://senderosaludable.net/las-7-cosas-que-este-hombre-hizo-para-perder-100-kg-sin-seguir-una-dieta/