viernes, 19 de junio de 2015

¿Los alimentos pueden afectar la salud mental?


Esta demostrado que existen alimentos capaces de influir en la salud mental.

Si hay algo que me hubiera gustado entender hace mucho tiempo, es la profunda e integral conexión entre el estado de animo y los alimentos.

Los dos están compleja y bioquímicamente entrelazadas de una manera muy diferente a los conceptos imperantes en la actualidad en cuanto al comportamiento, las emociones y la salud en general.

En algún momento de la historia, inexplicablemente fuimos convencimos que el cuerpo y la mente son dos entidades operacionales muy distintas, divorciadas una con respecto a la otra.

Y este paradigma rígido ha dejado un vacío lamentable en nuestra comprensión del funcionamiento científico de losnutrientes como bloques de construcción para el cerebro y sistema nervioso.

En una época donde las dietas restrictivas y las opciones de alimentos bajos en grasa son vistas como insignias relucientes de salud, la evidencia, en aumento, muestra una correlación entre los déficit de nutrientes, los problemas digestivos y una creciente angustia mental peligrosa.

Deterioro progresivo de la salud mental

La depresión, la ansiedad y los trastornos de salud mental relacionados son sorprendentemente complejos y penetrantes.



La participación de las intrincadas interacciones entre factores biológicos, psicológicos y sociales, han sido consideradosextraños en el campo de estudio científico y médicos.

Los términos depresión y ansiedad, incluso ellos mismos, tienen que cargar con una nube ominosa de creencias estigmatizantes, proyectando una sombra de vergüenza y de secreto en torno a quienes luchan con estas misteriososcondiciones.

Y, sin embargo, a pesar de esta perspectiva fría y de aislamiento, estos debilitantes trastornos de salud mental son sorprendentemente comunes en nuestra población.

De hecho, las mejores estimaciones revelan que durante toda la vida, más del 25% de las personas desarrollarán al menos un trastorno mental o del comportamiento (1).

La Organización Mundial de la salud incluso ha proyectado que para el año 2020 la depresión será la segunda causa de discapacidad médica en la tierra (1).

Dadas estas impactantes predicciones, las condiciones de salud mental, una vez descartadas como faltas personales o debilidades, ahora están obteniendo mayor atención como preocupaciones importante de salud pública.

Un reciente informe publicado en Harvard Medical School?s Center for Primary Care reveló que el 70% de las visitas a médicos de atención primaria en los Estados Unidos están relacionado con problemas psicosociales (2).

Con este increíble ritmo de visitas, los médicos hacen lo que están entrenados para hacer: Prescribir medicamentos basados en los síntomas que observan

Esta tendencia ha dado lugar a una oleada extrema en la prevalencia de los fármacos antidepresivos que se utilizan en toda la población.

Un aumento del 400% desde 1994.

Según un reciente informe del gobierno, aproximadamente 1 de cada 10 estadounidenses mayores de 12 años usanantidepresivos.

Su uso se ha generalizado al extremo de ser la tercera receta más común en todas las edades (3).

Paradójicamente, los investigadores también encontraron que menos de un tercio de los estadounidenses que tomaron medicamentos antidepresivos vieron a un profesional de salud mental el año pasado.

Los medicamento fueron la única vía de tratamiento a pesar del reconocimiento de la salud mental como un ámbito complejo que requiere atención basada en múltiple enfoques.


El papel de la nutrición en la salud mental

Estos resultados son sorprendentes y decepcionantes, por decir lo menos, se pone en tela de juicio la causa subyacente a dichas disparidades.

¿Cuál es la mejor manera de curar estos problemas? Y ¿por qué el dramático aumento de la ansiedad y depresión?

Estas son preguntas enrevesadas, con implicaciones profundamente personales y respuestas que son variadas, confusas y en general poco claras.

Es probable que existan muchos factores en juego y que se encuentren numerosos temas relacionados sin llegar nunca a una respuesta clara por completo.

Sin embargo parece estar surgiendo una marea de cambio cuando se trata de salud mental.

Llegados a este punto, se ha producido una gran cantidad de atención en el cuidado de la salud mental para corregir artificialmente los potenciales desequilibrios bioquímicos del cerebro.

Sin embargo, nuevas pruebas neurobiológicas han revelado que los neurotransmisores y neuropéptidos que marcan el rumbo emocional de cada persona no están aislados en la cabeza, por el contrario residen en cada sistema corporal.

De las casi trescientas sustancias que permiten la comunicación interna, utilizados para llevar a cabo las funciones diarias, casi todas ellas son compartidas por todo el cuerpo.

Por lo tanto, parece ser el momento de echar un vistazo a los trastornos mentales bajo una perspectiva cuerpo-mente y que incluya el valor indiscutible de la nutrición.

A nivel muy elemental, todos nuestros sistemas requieren un equilibrio adecuado de nutrientes y enzimasfuncionando correctamente.

Un equilibrio que la mayoría de las personas simplemente no están logrando, aún y con todo el moderno sistema alimentario existente.

El organismo dependen de recibir una gran cantidad de nutrientes básicos para llevar a cabo sus complejas e intrincadas funciones.


Sin estos nutrientes, ningún otro factor puede ser completamente eficaz, óptimo o duradero, a tal grado que su impacto en la salud mental y física es notorio.

Este vínculo fundamental entre los alimento y el estado de ánimo no es nuevo, y cuando realmente piensas en él, el vínculo cobra más sentido.

Muchas figuras históricas e investigadores modernos han observado y discutido la relación entre las deficiencias nutricionales y los patrones de comportamiento.

Pero al ser proyectos no rentables han sido a menudo ignorados y bloqueado por un telón de fondo por investigaciones médicas más emocionantes.

Weston A. Price, uno de los principales investigadores modernos, es más conocido por sus estudios a principios del siglo XX de los componentes fundamentales de una dieta saludable y la influencia de los alimentos tradicionales en la prevención de enfermedades crónicas.

Sin embargo, lo que mucha gente ignora es que también observó la gran relación entre el estado de ánimo, el comportamiento y los alimentos, es decir, la dieta.

Llegando a escribir a menudo sobre la alegría, el optimismo, el equilibrio y la reverencia por la vida según los alimentos consumidos.

Uno de los pilares de las dietas primitivas era el consumo de grasas saturadas saludables y activadores liposolubles como vitaminas A, D y K2, que Price creía que influían directamente en el estado de animo.

Sus primeros hallazgos de campo ahora se están replicando en sofisticados laboratorios, y con resultados sorprendentemente concordantes.

En resumen, existen incontables factores psicológicos, fisiológicos y socioculturales superpuestos que contribuyen a nuestros comportamientos y estados de ánimo.

No hay ninguna causa única que sea culpable ni mucho menos un remedio mágico que logre resolver por unanimidad todas los problemas mentales.

Sin embargo, distintas investigaciones en el campo de la neurociencia han confirmado que la nutrición puede afectar significativamente la salud mental.

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Es lamentable que esta pieza tan relevante del rompecabezas haya sido pasada por alto hasta ahora.

Sin embargo, esta visión ofrece una nueva esperanza para que la atención de salud mental mejore en el futuro.

Mirar en profundidad la conexión entre la nutrición y la salud mental, nos permitirá encontrar las herramientas para la construcción de familias más felices y saludables, ahora y para las generaciones venideras.

Demuéstrame que estas vivo, comentario abajo y dejame saber tu criterio.

Lo más importante? Tu salud


Fuente: http://salud.facilisimo.com/blogs/general/los-alimentos-pueden-afectar-la-salud-mental_1665210.html