sábado, 13 de junio de 2015

Cómo detener un sangrado de la nariz


El sangrado nasal, también conocido como epistaxis, es un padecimiento típico que puede presentarse espontáneamente. El sangrado de la nariz se produce cuando el revestimiento interno de la nariz está herido o reseco. 

El daño ocasionado en los pequeños vasos sanguíneos de la nariz provoca el sangrado. Casi todas las hemorragias nasales se originan en los vasos sanguíneos de la parte delantera del tabique nasal, el cual es el tejido que separa las dos fosas nasales. 


Las hemorragias nasales suceden con más frecuencia en pacientes con alergias nasales, sinusitis, hipertensión o trastornos hemorrágicos. [1] Si conoces las causas de los sangrados de la nariz y sabes cómo tratarlos, podrás detener tus propias hemorragias nasales.

Método 1 de 3: Realizar técnicas de primeros auxilios durante una hemorragia nasal

1: Colócate en la posición correcta. Si no tienes algún problema grave que te haya provocado el sangrado en la nariz, podrías realizar algunas técnicas de primeros auxilios en casa cuando tengas un sangrado nasal para ayudar a detenerlo. Primero que nada, debes sentarte, ya que resulta más cómodo que estar parado. Inclina la cabeza hacia adelante para que la sangre se drene a través de las fosas nasales.
Puedes colocarte una toalla debajo de la nariz para la sangre caiga ahí.
No te acuestes, ya que eso puede hacer que la sangre pase por la garganta.

2: Comprime la nariz. Con el pulgar y cualquier otro dedo, presiona la parte inferior y carnosa de la nariz, cerrando completamente las fosas nasales. Al apretarte esa zona, estarás ejerciendo una presión directa sobre el área donde se encuentran los vasos sanguíneos dañados. Esto hace que la medida para detener el sangrado sea más efectiva, ya que ayudará a detener el flujo sanguíneo. Sigue apretándote la nariz durante 10 minutos, luego suéltala.
Si la hemorragia continúa, vuelve a ejercer presión por otros 10 minutos.
Mientras lo hagas, respira a través de la boca.

3: Refréscate. Bajar la temperatura corporal puede ayudarte a reducir el flujo sanguíneo en la nariz. Para hacerlo, colócate cubitos de hielo en la boca. Esto ayuda a bajar la temperatura más rápido que enfriando la parte externa de la nariz. También te ayudará a conservar una temperatura baja por mucho más tiempo.
Esto es más efectivo que colocarse una compresa fría sobre la nariz. Un estudio clínico reciente afirma que las compresas frías sobre la nariz no son muy efectivas.
También podrías conseguir el mismo efecto chupando una paleta de helado.[2]

4: Utiliza un espray nasal a base de oximetazolina. Cuando tengas una hemorragia nasal, podrías utilizar un espray nasal medicado. Este medicamento produce una constricción de los vasos sanguíneos de la nariz. Para usarlo, toma una pequeña bola de algodón limpio o un trozo de gaza, agrégale 1 o 2 gotas del espray encima, insértalos dentro de las fosas nasales, sigue apretando las fosas nasales y revisa si el sangrado ha desaparecido después de 10 minutos.[3]

Si la hemorragia se ha detenido, no te quites el algodón o gaza hasta después de una hora, ya que el sangrado podría volver a presentarse.
Utilizar esta medicina con mucha frecuencia (más de 3 o 4 días seguidos) puede causar adicción y congestión nasal.[4]

Debes utilizar el espray solamente si no has logrado detener el sangrado luego de apretarte la nariz por los primeros 10 minutos.

5: Lávate la nariz y descansa. Luego que el sangrado se haya detenido, podrás limpiarte la zona alrededor de la nariz con agua tibia. Una vez que te hayas limpiado la cara, debes descansar por un rato. Esto te ayudará a evitar que se repita el sangrado.[5]
Puedes acostarte mientras descansas.

Método 2 de 3: Prevenir futuras hemorragias nasales

1: Sé delicado con tu nariz. Debido a que las hemorragias nasales se producen por acciones personales, hay algunos métodos preventivos que te ayudarán a evitar que la nariz te vuelva a sangrar en el futuro. Debes evitar hurgarte la nariz, ya que podrías desprender los coágulos que recubren los vasos sanguíneos ya heridos previamente y causar un nuevo sangrado. También debes mantener la boca abierta cuando estornudes para evitar expulsar el aire a través de la nariz.

Además, debes mantener húmedo el revestimiento interno de la nariz, aplicándote suavemente una capa de vaselina o gel nasal dentro de la nariz con un hisopo dos veces al día.[6]

Ten siempre mucha delicadeza al sonarte la nariz y hazlo en cada lado por separado.

También debes cortarle las uñas a los niños para evitar un daño mayor.

2: Compra un humidificador. Para aumentar la humedad del ambiente, deberás comprarte un humidificador. Puedes utilizar un humidificador en la casa o en el trabajo para evitar así una resequedad excesiva, especialmente durante el invierno.
Si no tienes un humidificador, puedes utilizar un recipiente de metal con agua y colocarlo sobre un radiador de calefacción para humidificar el aire.

3: Aumenta tu ingesta de fibra. El estreñimiento puede ocasionar un aumento de los sangrados nasales, porque te produce una tensión en los vasos sanguíneos. Eso puede aumentar la presión arterial momentáneamente y desprender los coágulos que recubren los vasos sanguíneos previamente heridos, lo cual producirá con el tiempo más sangrados nasales. Puedes prevenir el estreñimiento, comiendo alimentos ricos en fibra y aumentando tu consumo de líquidos.
Aumenta tu ingesta diaria de fibra hasta los 25 g/día y tu ingesta de líquidos hasta 1,5 o 2 litros por día para aumentar la frecuencia de las deposiciones y evitar el estreñimiento.[7]
Comer de 6 a 12 ciruelas pasas al día es más efectivo que consumir fibras dietéticas y puede ayudar a prevenir el estreñimiento.[8]
También debes evitar los alimentos calientes y picantes. El calor puede dilatar los vasos sanguíneos y precipitar una hemorragia.[9]

4: Utiliza un espray nasal de solución salina. Los espráis nasales de solución salina se pueden utilizar varias veces al día para mantener la nariz húmeda.[10] Estos tipos de espráis nasales no son adictivos, ya que solo contienen sal. Si no deseas comprar uno, puedes prepararlo tú mismo.
Para hacer tu propio espray de solución salina, primero consigue un recipiente limpio. Mezcla 3 cucharaditas colmadas de sal sin yodo y 1 cucharadita colmada de bicarbonato de sodio. Revuelve bien todo el polvo para integrarlos. Luego, toma 1 cucharadita de la mezcla y combínala con 240 ml (8 onzas) de agua tibia hervida o destilada. Revuelve bien.[11]

5: Come más flavonoides. Los flavonoides, que son un grupo de compuestos químicos naturales presentes en los cítricos, pueden ayudar a reducir la fragilidad de los capilares sanguíneos.[12] Por esa razón, debes aumentar tu consumo de frutas cítricas.
No debes tomar suplementos de flavonoides, como las pastillas de ginkgo, las pastillas de quercetina, el extracto de semillas de uvas y la linaza, ya que producirán un mayor contenido de flavonoides y una eventual intoxicación.[13]

Método 3 de 3: Aprender más sobre las hemorragias nasales
1: Conoce los tipos de sangrados nasales. Los tipos de sangrados nasales dependen de la zona específica de la nariz donde se origine el sangrado. En las hemorragias nasales anteriores, el sangrado se presenta en la parte frontal de la nariz. También podrías tener una hemorragia nasal posterior, donde el sangrado se origina en la parte interna de la nariz. Las hemorragias nasales también pueden ser espontáneas sin ninguna causa identificable.[14]

2: Conoce las causas. Existen muchas causas para las hemorragias nasales. Cuando tengas un sangrado, debes averiguar cuál es la causa más probable por la que se originó tu hemorragia nasal y hacer todo lo posible para evitar esa situación en el futuro. Puedes tener un sangrado nasal debido a una lesión autoinducida, originada en su mayoría por hurgarse en la nariz. Esta es la causa más típica en los niños pequeños. Otras causas incluyen el abuso del consumo de drogas como la cocaína, trastornos de los vasos sanguíneos, trastornos de coagulación, y golpes en la cabeza o en la cara.
Los factores ambientales como la baja humedad, que es común durante el invierno, pueden inducir a la irritación de la mucosa y al sangrado. La incidencia de las hemorragias nasales aumenta en los climas fríos.
Las infecciones en la nariz y en los senos paranasales pueden ocasionar una hemorragia nasal. Las alergias también pueden ocasionar una inflamación en la mucosa, lo que da lugar a una hemorragia nasal.
En algunos casos especiales, las jaquecas o migrañas en los niños también pueden considerarse como una causa.[15]

3: Evita ciertas situaciones. Si tienes un sangrado en la nariz, debes evitar ciertas situaciones y acciones que podrían empeorarlo. No te inclines hacia atrás. Eso puede ocasionar que la sangre pase a través de la garganta, lo cual podría inducir al vómito. También debes tratar de no hablar ni toser. Eso te puede irritar la mucosa nasal y hacer que el sangrado vuelva a producirse.
Si sientes la necesidad de estornudar mientras te sangra la nariz, debes tratar de expulsar el aire a través de la boca para que no te hagas más daño en la nariz ni empeores el sangrado.
No te suenes ni te hurgues la nariz, sobre todo si el sangrado está desapareciendo. Podrías desprender los coágulos que se hayan formado y el sangrado podría volver a presentarse.[16]

4: Visita al médico. Hay ciertas situaciones en las que deberás acudir al médico. Si el sangrado es grave, de más que unas cuantas gotas, dura más de 30 minutos y se vuelve a presentar con mucha frecuencia, deberás acudir al médico.[17] También debes buscar atención médica inmediatamente si te pones extremadamente pálido, fatigado o desorientado. Podrías presentar esos síntomas debido a la pérdida significativa de sangre.
Si tienes dificultad para respirar, sobre todo si la sangre pasa a través de tu garganta, deberás acudir al médico. Eso te puede producir irritación y tos. También existe la posibilidad de que contraigas una infección, lo que eventualmente puede causar problemas respiratorios.
Siempre debes acudir al médico si la hemorragia nasal se produjo por una grave lesión en la nariz.[18]
También debes consultar al médico si presentas una hemorragia nasal mientras estés tomando medicamentos anticoagulantes, como la warfarina, el clopidogrel o una aspirina diaria.[19]

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Consejos

No debes fumar si tienes hemorragias nasales. Fumar puede irritarte y resecarte la nariz.
Se cree que las cremas antisépticas y la vaselina funcionan como medidas preventivas para los sangrados en los niños. Sin embargo, estos productos no son efectivos ni tampoco previenen los sangrados nasales recurrentes.[20]

Fuente:http://es.wikihow.com/detener-un-sangrado-de-la-nariz